Hola amigos gatunos tengo para todos mis lectores este post que me parecio super importante para compartirlo, tal vez no sabían de esto las personas que tienen sus mascotas y van a ver lo curioso de estos gatos a la hora de dormir. Es un hecho contrastado que a los gatos les agrada dormir a los pies de sus cuidadores, o incluso más cerca de ellos.
1. Cuestión de supervivencia
Rara es la persona adulta que pesa menos de 40 kg. Suponiendo que el peso medio de un gato adulto esté entre los 3 y 4 kg (excepto los Maine coon, Ashera y otras razas enormes y gordinflas), resulta que nuestros gatos deben dormir junto a un ser que pesa como mínimo entre 10 y 13 veces más que ellos.
Por consiguiente, si el gato es sensato y pretende sobrevivir a un súbito giro nocturno de la mole que duerme a su lado, es obvio que deberá colocarse en el lugar donde el peso de su compañero de cama sea más liviano y tenga más escapatoria. O sea, a los pies.
De hecho la costumbre de desplazarse hacia los extremos corporales (cabeza o pies), los gatos la adquieren cuando se hacen adultos, porque cuando son cachorros suelen colocarse a la altura del pecho de la persona con la cual prefieren dormir. De esta forma sienten los latidos que les recuerda su etapa de lactante junto a su madre.
Pero tras ser aplastados sin querer en más de una ocasión por el humano durmiente al girarse, los gatos concluyen que es menos peligroso y más descansado dormir a la altura de la cabeza o de los pies.
2. Protección
Los gatos son conscientes que al dormir bajan la guardia levemente. Por este motivo si duermen junto a su cuidador y súbitamente presienten algo sospechoso, no dudarán en despertar a su cuidador para avisarle del peligro y protegerse mutuamente. Otra característica de los gatos es que les gusta dormir con el lomo recostado contra algo. De esta manera consideran que su espalda se halla bien protegida.
3. El despertador y la rutina
¿A cuantas personas nos ha sucedido de quedarnos sin batería en el teléfono y no nos ha sonado la función despertador? Probablemente a millones de seres humanos repartidos por todos los confines de la tierra.
Afortunadamente si nuestro gato se halla de guardia a nuestros pies, se percatará al minuto del problema, y sin dudarlo se desplazará hasta nuestra cara para restregarse en ella y maullar a toda voz en nuestra oreja. La cuestión es que nos despertemos de una vez por todas.
Los gatos son seres ordenados a los cuales les gusta la rutina y la ausencia de sorpresas desagradables. Por este motivo intentarán despertarnos para enfrentar la jornada de la forma diaria habitual. Si observa que nos quedamos en cama porque estamos enfermos, no dudará en quedarse junto a nosotros para hacernos compañía.
4. Pertenencia al mismo clan
Los gatos son territoriales, exclusivistas y sociables. Todo ello en este orden concreto.
Su territorio es todo el hogar, hasta el último confín. Por dicho motivo desde cachorros se dedican a patrullar y explorar nuestro hogar hasta el último rincón. Es lo normal que un animal conozca perfectamente su guarida, y los gatos lo realizan a conciencia: es su territorio.
En una familia de varios miembros, lo habitual es que el gato empatice con todas las personas, pero siempre habrá un elegido con el cual el gato se mostrará más afectuoso que con el resto de habitantes. Esta única persona será con la cual el gato vaya a dormir a sus pies de forma exclusiva.
La sociabilidad del gato se mostrará siendo cortés e incluso afectuoso con todos los miembros de la familia, ya que son su manada, clan o grupo. Por lo tanto los gatos bien educados, y la mayoría lo son, se muestran empáticos con los miembros de este clan familiar. El gato juega, se deja acariciar, u obliga a acariciarlo y se comunica, con todos componentes de su manada familiar. Incluso durante el día dormitará al lado de alguien en el sofá, o reposará sobre las piernas de la abuela ante la televisión. Pero dormir a los pies de la cama, solamente lo hará con su humano preferido.
1. Cuestión de supervivencia
Rara es la persona adulta que pesa menos de 40 kg. Suponiendo que el peso medio de un gato adulto esté entre los 3 y 4 kg (excepto los Maine coon, Ashera y otras razas enormes y gordinflas), resulta que nuestros gatos deben dormir junto a un ser que pesa como mínimo entre 10 y 13 veces más que ellos.
Por consiguiente, si el gato es sensato y pretende sobrevivir a un súbito giro nocturno de la mole que duerme a su lado, es obvio que deberá colocarse en el lugar donde el peso de su compañero de cama sea más liviano y tenga más escapatoria. O sea, a los pies.
De hecho la costumbre de desplazarse hacia los extremos corporales (cabeza o pies), los gatos la adquieren cuando se hacen adultos, porque cuando son cachorros suelen colocarse a la altura del pecho de la persona con la cual prefieren dormir. De esta forma sienten los latidos que les recuerda su etapa de lactante junto a su madre.
Pero tras ser aplastados sin querer en más de una ocasión por el humano durmiente al girarse, los gatos concluyen que es menos peligroso y más descansado dormir a la altura de la cabeza o de los pies.
2. Protección
Los gatos son conscientes que al dormir bajan la guardia levemente. Por este motivo si duermen junto a su cuidador y súbitamente presienten algo sospechoso, no dudarán en despertar a su cuidador para avisarle del peligro y protegerse mutuamente. Otra característica de los gatos es que les gusta dormir con el lomo recostado contra algo. De esta manera consideran que su espalda se halla bien protegida.
3. El despertador y la rutina
¿A cuantas personas nos ha sucedido de quedarnos sin batería en el teléfono y no nos ha sonado la función despertador? Probablemente a millones de seres humanos repartidos por todos los confines de la tierra.
Afortunadamente si nuestro gato se halla de guardia a nuestros pies, se percatará al minuto del problema, y sin dudarlo se desplazará hasta nuestra cara para restregarse en ella y maullar a toda voz en nuestra oreja. La cuestión es que nos despertemos de una vez por todas.
Los gatos son seres ordenados a los cuales les gusta la rutina y la ausencia de sorpresas desagradables. Por este motivo intentarán despertarnos para enfrentar la jornada de la forma diaria habitual. Si observa que nos quedamos en cama porque estamos enfermos, no dudará en quedarse junto a nosotros para hacernos compañía.
4. Pertenencia al mismo clan
Los gatos son territoriales, exclusivistas y sociables. Todo ello en este orden concreto.
Su territorio es todo el hogar, hasta el último confín. Por dicho motivo desde cachorros se dedican a patrullar y explorar nuestro hogar hasta el último rincón. Es lo normal que un animal conozca perfectamente su guarida, y los gatos lo realizan a conciencia: es su territorio.
En una familia de varios miembros, lo habitual es que el gato empatice con todas las personas, pero siempre habrá un elegido con el cual el gato se mostrará más afectuoso que con el resto de habitantes. Esta única persona será con la cual el gato vaya a dormir a sus pies de forma exclusiva.
La sociabilidad del gato se mostrará siendo cortés e incluso afectuoso con todos los miembros de la familia, ya que son su manada, clan o grupo. Por lo tanto los gatos bien educados, y la mayoría lo son, se muestran empáticos con los miembros de este clan familiar. El gato juega, se deja acariciar, u obliga a acariciarlo y se comunica, con todos componentes de su manada familiar. Incluso durante el día dormitará al lado de alguien en el sofá, o reposará sobre las piernas de la abuela ante la televisión. Pero dormir a los pies de la cama, solamente lo hará con su humano preferido.
5. Los gatos son muy territoriales
Nosotros creemos que los gatos duermen a nuestros pies porque nos aman y necesitan nuestra compañía. Puede que sea cierto en algunos casos, incluso en muchos casos. Pero en realidad somos nosotros quienes dormimos junto a los cuatro pies del gato, según la mentalidad felina. Ya que habitamos en su territorio y nos distingue dejándonos dormir a su vera. Somos sus favoritos, sus humanos de confianza.
Al margen de invitarnos a dormir con ellos, el gato nos mostrará su afecto o confianza, lamiéndonos. Ello se acicalan y lavan con la lengua. El hecho de lamernos demuestra que nos limpian porque confían en nosotros y somos uno de los "suyos".
Si traemos una mascota nueva a casa, especialmente si se trata de otro gato, nuestro primer gato se llevará un disgusto tremendo por tamaña insensatez y durante algunos días se mostrará hosco y nos castigará no durmiendo junto a él. Pero el tiempo lo cura todo.
Nosotros creemos que los gatos duermen a nuestros pies porque nos aman y necesitan nuestra compañía. Puede que sea cierto en algunos casos, incluso en muchos casos. Pero en realidad somos nosotros quienes dormimos junto a los cuatro pies del gato, según la mentalidad felina. Ya que habitamos en su territorio y nos distingue dejándonos dormir a su vera. Somos sus favoritos, sus humanos de confianza.
Al margen de invitarnos a dormir con ellos, el gato nos mostrará su afecto o confianza, lamiéndonos. Ello se acicalan y lavan con la lengua. El hecho de lamernos demuestra que nos limpian porque confían en nosotros y somos uno de los "suyos".
Si traemos una mascota nueva a casa, especialmente si se trata de otro gato, nuestro primer gato se llevará un disgusto tremendo por tamaña insensatez y durante algunos días se mostrará hosco y nos castigará no durmiendo junto a él. Pero el tiempo lo cura todo.
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